domingo, 3 de julio de 2011

Las infidelidades


Gonzalo Cano
Psicólogo

Antes de empezar, aclaremos que por “matrimonio” me estoy refiriendo a cualquier tipo de convivencia entre personas que implique que se aman (en el sentido corpóreo y en el no corpóreo, tienen que ser ambos) y que se exigen fidelidad mutua, o que entienden eso de su unión (o que por lo menos una de las partes lo asume por el motivo cultural o personal que sea).

Aclaro también que por convivencia comprendo la acción de compartir un lugar de habitación permanentemente.

Si son enamorados que tienen relaciones sexuales o si de vez en cuando se queda a dormir uno en la casa del otro o un hotel… no juega. Eso va y viene. Son otras ligas en las que se puede hablar de infidelidad también, pero es diferente.

Las infidelidades que he conocido son de varios tipos. La clasificación más general que se me ocurre para comenzar es: física o mental.

-Hay quienes son infieles físicamente, que tienen relaciones sexuales con otra persona fuera de la pareja, son los infieles propiamente dichos.

-Hay quienes son infieles mentalmente, los que sueñan o piensan o esperan tener relaciones con otras personas, pero no las tienen físicamente.

En los segundos podemos tener varios tipos de parafílicos o simplemente un recurso constante a la masturbación compulsiva.  Pero “en el papel” no son infieles. Los hay también combinados. Y podemos cruzarlo con un tema de género: infidelidad homosexual, infidelidad heterosexual, infidelidad bisexual,
infidelidad transexual o cualquier otra modalidad que se les ocurra y agregar mono infidelidad o multi infidelidad según el infiel.

Pero esa clasificación no me gusta, porque no expresa lo complejo que este asunto. Prefiero pensar en los motivos de la infidelidad para clasificarlo. Vale la pena recordar que no existe infidelidad “pura”, siempre es una combinación de algunas de las cosas que voy a mencionar junto con una intención de la persona.

Yo soy de los que no cree que es algo ....."que pasa"........ No !!!:

Es algo que “se hace”,

Y se “consiente”,

Y se “decide”.

Según los motivos, la infidelidad puede ser de varios tipos:.

La hay “por costumbre”.

Los infieles que son infieles porque siempre han sido infieles. Estas personas tienen una especie de mente dividida, con la pareja oficial hay amor, con la otra(s) sólo es una cuestión de cuerpo.

La costumbre puede ser adquirida desde la adolescencia, adultez joven (despertar del pavo o la pava, por ejemplo) o, en algunos casos, heredada de familia (con su “problema” respectivo, claro).

La hay por venganza y la venganza puede ser por abstinencia sexual (cuando una de las personas tiene la líbido baja o no disfruta mucho del sexo y a la otra le sucede lo inverso y se frustra por no tener mucho contacto sexual),

venganza por cualquier otra cosa (que según la persona puede turnarse hacia lo sexual, otras lo harán gastando, otras dedicándose full a sus hijos y evitando a la pareja y otras trabajando) o una combinación de ambas. Ésta es la más común y la venganza no siempre es consciente. Lo interesante de este tipo es que la persona que está “aguantada” siempre termina siendo maldecido por su pareja y por la sociedad y nunca se habla del origen de la compulsión sexual (no digo que la infidelidad está bien, digo que hay que conocer su génesis) sino sólo del que “la cagó”.

Hay infidelidad también por relaciones previas no terminadas adecuadamente (nunca se sacaron el clavo o se sacaron mal el clavo), que terminan en los famosos “remembers”, que pueden ser eventuales o pueden volverle relaciones paralelas y hasta acabar en nuevas nupcias.

Las hay también por situaciones sexuales no resueltas de una de las partes, ya sean abusos sexuales, orientaciones sexuales no definidas, culpas sexuales o cualquier otra forma de “guardado sexual” reprimido que luego se puede manifestar de maneras de lo más creativas (incluyendo perversiones en algunos casos).

La venganza inicialmente es dulce ......pero despues es muy acida .....lo siento por tí si eres vengativa.!!!!! terminas así

NO TE QUEJES de lo estupida que es tu vida emocional ,terminas de puta, de borracho , de pornografico ,depresiva,bulimica,

anorexica,neurotica,bipolar,esquizoide,noico,cinica,jugadora compulsiva,renegón etc" no te quejes porque no eres normal" ,fijate lo anormal que es tu imaginación.

He visto infidelidades masculinas y femeninas. Quizás sea un sesgo de los pacientes que he recibido, pero la conozco más de parte de las mujeres que de los hombres en el consultorio. Al final, siempre el asunto pasa por una evasión de un problema a resolverse y por una justificación de la propia persona en la conducta de otras (puede ser la pareja, pero no siempre es así, también puede ser en otras personas).

Creo que la raíz del problema (de muchos más también) es doble:

La persona (infiel) no asume (o no conoce) las implicancias de su compromiso, no se conoce a sí misma, sus tendencias (para estar alerta y evitar las “tentaciones”) y sus problemas (no los ha resuelto), no conoce a su pareja bien (sus tendencias, sus problemas, etc. y no la acompaña a resolver sus situaciones complejas),
no ha hecho una opción clara (interna, no externa ritualista) y relativiza todo en pos de sus apetitos no saciados (o de sus problemas no resueltos).

La otra mitad de la raíz la tiene en sus manos la persona que recibe la infidelidad.

Las mismas cosas que pueden llevar a alguien a ser infiel pueden llevar a alguien a empujar a alguien a ser infiel.

La infidelidad nunca es una cuestión de uno solo (salvo con problemas mentales serios , ADICCIONES.), sino una combinación de problemas que se termina de cocinar con la infidelidad (o en otras situaciones problemáticas), cuyos inicios son mucho más antiguos que el hecho mismo y que radican en ambas partes (quizás con porcentajes diferentes, claro está, pero indefinibles en términos numéricos) antes que sólo en una.

Cuando una pareja se conoce (cada uno a sí mismo y al otro), se quiere de verdad, tiene un proyecto de vida en conjunto y están dispuestos a todo por aquello que tienen, rara vez hay infidelidad.

Y cuando la hay, se perdona (no digo que sea fácil) y se fortalece la pareja. La infidelidad en un problema de pareja,



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