sábado, 22 de diciembre de 2012

Antídoto Contra el Miedo




GRAPEVINE, Noviembre de 1945




Cuando nuestros fracasos generan el miedo, padecemos de una enfermedad del alma.

Esta enfermedad, a su vez, origina más defectos de carácter.

El miedo irracional de no poder satisfacer nuestros instintos nos lleva:

a codiciar los bienes ajenos,

a apetecer el sexo y el poder,

a reaccionar con ira cuando sentimos amenazadas nuestras exigencias,

a envidiar a los demás porque pueden realizar sus ambiciones mientras nosotros fracasamos.


Nos excedemos en la comida y la bebida,
acaparamos mucho más de lo necesario, con el temor de no tener suficiente.

Con tremenda alarma, permanecemos ociosos cuando debemos trabajar.

Con apatía vamos dejando todo para hacerlo después, o cuando mucho, trabajamos de mala gana y a medias.

Estos temores son como plagas que van royendo los cimientos de la vida que tratamos de edificar.


Conforme crece... la fe,..... crece la seguridad interna.

El inmenso temor fundamental de la nada empieza a apaciguarse.

Nosotros los A.A. descubrimos que nuestro antídoto básico contra el miedo....

Es un despertar espiritual.


DOCE Y DOCE, pág. 52

GRAPEVINE, Enero de 1962

Sabes lo geniales que somos para la racionalización.

Si nos justificamos plenamente a nosotros mismos una recaída, es casi cierto que nuestra propensión a racionalizar justificará otra, tal vez con otra serie de excusas.

No obstante, una justificación conduce a otra, y enseguida volvemos a ser bebedores de plena dedicación".

* * * * *

La experiencia indica, con demasiada frecuencia, que aun el individuo que toma píldoras de una manera controlada, puede perder el control. Las mismas alocadas racionalizaciones que una vez caracterizaron su forma de beber, comienzan a emponzoñar su existencia. Cree que las píldoras, si pueden curar su insomnio, pueden también curar sus inquietudes.


Raramente se les puede culpar directamente a nuestros amigos los médicos, por las lamentosas consecuencias que a menudo experimentamos. Les es demasiado fácil a los alcohólicos comprar estas drogas peligrosas y, una vez que las tienen es probable que el bebedor las tome sin ejercer criterio alguno.



CARTA, 1959







sábado, 8 de diciembre de 2012

Adicción al sexo


Extraído de una entrevista de CNN

Los adictos siempre están preocupados por conquistar a alguien, pasar a buscar a alguien o regresar a casa antes que sus esposas para ver porno.
Robert Weiss, trabajador social y fundador del Sexual Recovery Institute.


CNN — Jack Rogers, de 49 años, explica que su adicción al sexo empezó a los 16 años.  “Tenía sexo durante horas y horas, y luego veía pornografía”, recuerda.  “El sexo era mi objetivo de tiempo completo”.
Mientras algunos jóvenes fanfarronean acerca de sus conquistas sexuales, Roger hacía todo lo contrario. Mantenía su vida sexual en secreto, buscaba chicas que no iban a su escuela secundaria. Según él, nadie sospechaba.

“Me eligieron presidente de la escuela”, cuenta. “Me tenían en buena estima. Conseguí una beca para la Universidad de Washington. Si me hubieras conocido entonces, hubieras pensado: ‘quiero darle a este chico una beca’”.
En la universidad, siguió obsesionado con el sexo. “El día en que el volcán Saint Helen entró en erupción, todo el mundo hablaba sobre ello. Yo ni siquiera me enteré de lo que había ocurrido porque tuve relaciones sexuales durante todo el día,” recuerda.
Nunca fue fiel a ninguna de sus novias, y, aunque se casó a los 25 años, en ningún momento fue fiel a su esposa. “Tenía aventuras mientras estábamos comprometidos”, dice.
Su búsqueda de sexo empezaba a las cuatro de la mañana, cuando se levantaba para contactar con las mujeres que veía en la costa Este. El resto del día lo pasaba trazando planes para sus actividades sexuales.
Algunas de las mujeres con las que tenía relaciones eran colegas. Otras, prostitutas o mujeres que se encontraba por casualidad. “Podía conocer a una mujer en el elevador y tener relaciones con ella en su departamento dos días después”, explica. “Tenía la intuición, por la cantidad o el tipo de contacto sexual, que esa persona estaba abierta a la idea.”
Explica que habitualmente tenía dos o tres aventuras al mismo tiempo, pero no le proporcionaban placer. “Quería parar y no podía”, dice. “Me sentía un desgraciado. Era una vida horrible”.

Cómo saber si eres adicto al sexo
Jay Parker, orientador en adicciones y director de un programa para adictos al sexo en Redmond, Washington, llamado No more secrets (no más secretos), explica que tener un gran interés en el sexo no significa ser un adicto.
“Es el mismo caso que con el alcohol. ..........
.....No todos los que son detenidos por conducir en estado de embriaguez son alcohólicos”, 
dice. “Hay personas que tienen errores de juicio, pero no son adictos”.
Dicho esto, ¿cómo se puede saber cuando se cruza la línea de la adicción? 
Según la Sociedad para la Promoción de la Salud Sexual, de los Estados Unidos, entre 3 y 5 % de esa población entra en la categoría de adictos al sexo.
Sin embargo, es importante decir que el Manual oficial de diagnósticos psiquiátricos,  no incluye un diagnóstico para la adicción sexual. Algunos terapeutas, como Craig Fabrikant, psicólogo clínico del Hackensack University Medical Center, incluso duda de que exista tal enfermedad.
“Creo que se trata más de un hábito que de una adicción”, dice.
 “Lo clasificaría como un desorden obsesivo-compulsivo, es decir, más como una obsesión o una compulsión que como una adicción”.
Pero dejando a un lado los argumentos profesionales, Fabrikant coincide en que las personas -como Rogers- que son infelices o disfuncionales porque sus vidas sexuales están fuera de control, necesitan ayuda profesional, y para ello el primer paso es reconocer que tienen un problema.
Algunos signos generales que te ayudarán a saber si has pasado de un interés sexual sano a una adicción o compulsión sexual:

1. Mientes
Según Parker, el orientador para adicciones sexuales, esta es la primera señal de que has pasado los límites: inventar historias para conseguir sexo.
2. El sexo te consume
Si el sexo domina tu vida, tienes un problema, dice Robert Weiss, trabajador social y fundador del Sexual Recovery Institute. Afirma que los adictos “siempre están preocupados por conquistar a alguien, pasar a buscar a alguien o regresar a casa antes que sus esposas para ver porno”.
3. Tienes amenazas de divorcio, muerte, despido o arresto.
Si continúas tus actividades sexuales incluso bajo éstas advertencias, eres un adicto, afirma Parker. “No les importan las consecuencias”, añade Weiss. “Piensan, ‘podría arruinar mi vida, pero voy a continuar haciéndolo’”.
4. Te interesa mucho la pornografía.
“La pornografía no puede ser exagerada”, dice Parker. “Si alguien tiene relaciones sexuales con tres mujeres en una semana, puedo asegurar que le encanta la pornografía”.
5. Quieres parar y no puedes.
La adicción sexual se define por una pérdida de control, dice Weiss. “Yo estaba completamente fuera de control, intentaba parar y no podía”, afirma Roger.
Hace cinco años, cuando ya estaba desesperado, Roger confesó su adicción a su esposa e ingresó en un hospital para seguir un tratamiento mensual que le impedía tener orgasmos solo o acompañado. Al abandonar el centro, continuó con el tratamiento, y no ha vuelto a engañar a su esposa.
Durante el tratamiento no se le permitía llevar a cabo ninguna actividad sexual ni ver pornografía. También se sometió a  lo que él llamaba un “psicodrama”, en el que repasaba situaciones del pasado que le pudieron haber llevado a su adicción, como haber sufrido abusos sexuales repetidamente a los siete años por un vecino mayor que él.
En otras sesiones,  los orientadores le ayudaron a entender la repercusión que había tenido en su esposa e hijos, las mujeres con quien se había relacionado y sus familias.
Su esposa se unió al programa durante dos días. Le leyó su “carta revelación”, en la que describía sus actividades sexuales durante los veinte años anteriores.
“Sabía de la pornografía y la masturbación, pero no de las aventuras o las prostitutas”, dice. “Para ella fue muy difícil recibir esta información, tan sólo el número de mujeres con que había estado era abrumador”.
Durante la última semana del tratamiento, Roger y sus doctores imaginaron cómo sería su vida en casa después de la recuperación. Hoy visita a un orientador y asiste a un programa de recuperación en 12 pasos. “En los 365 días después del tratamiento, fui a 523 reuniones”, cuenta.
Al principio de su recuperación vio pornografía en Internet en algunas ocasiones, pero instaló un software en su computadora que alertaba a su esposa y a su terapeuta en su grupo de apoyo, y dejó de hacerlo.
De manera gradual, dice Roger, aprendió cómo tener una vida sexual sana con su esposa. “Eso es lo que queremos”, dice Parker.

sábado, 1 de diciembre de 2012

La oración o meditación como sustento vital


Aquellos de nosotros que hemos llegado utilizar regularmente la oración..... 
no podríamos prescindir de ella, así como no rechazaríamos el aire, el alimento, o la luz del sol. 
Y por la misma razón. 
Cuando rechazamos el aire, o la luz, o el alimento, el cuerpo sufre. 
Y cuando nos alejamos de la meditación y la oración, del mismo modo privamos a nuestras mentes, emociones e intuiciones de un apoyo fundamental y necesario. DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 104 

El Paso Once no tiene que abrumarme. 
El contacto consciente con Dios puede ser tan sencillo y tan profundo como el contacto consciente con otro ser humano. 
Puedo sonreír. 
Puedo escuchar. 
Puedo perdonar. 
Cada encuentro con otro ser humano es una oportunidad para orar, 
...........para reconocer la presencia de Dios dentro de mi ser.
Hoy puedo acercarme un poco más a mi Poder Superior
Cuanto más elija buscar en otra gente la belleza de las obras de Dios,................... 
más seguro estaré de Su presencia. 

16 de NOVIEMBRE 

                                                                  UNA SUSPENSIÓN DIARIA 
Lo que en realidad tenemos es una suspensión diaria de nuestrasentencia, que depende del mantenimiento de nuestra condición espiritual.ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 79 

Mantener mi buena forma espiritual es como hacer ejercicio todos los días,entrenarme para el :
  • maratón,
  • nadar,
  • correr.

Es mantenerse en buen estado espiritualmente, y esto requiere la oración y la meditación
La manera más importante de mejorar mi contacto consciente con un Poder Superior es orar y meditar. 
Yo soy tan impotente ante 
  • el alcohol como lo soy para
  • hacer retroceder las olas del mar;
  • ninguna fuerza humana tiene el poder para superar mi alcoholismo, mi  codependencia,mi adiccion a las personas toxicas,mi violencia fisica,violencia o chantage emocional,mis panicos,mis rabietas 

Ahora puedo respirar el aire de alegría, de la felicidad y de la sabiduría
Tengo la capacidad para amar y reaccionar ante los eventos a mi alrededor con los ojos de una fe en cosas que no son aparentes. 

Mi suspensión diaria significa que, por difíciles o dolorosas que parezcan las cosas hoy, 
puedo recurrir al poder del programa para mantenerme liberado de mi enfermedad 
  • astuta,
  • desconcertante y
  • poderosa.

domingo, 14 de octubre de 2012

¡Aceptar el fracaso es genial!


Mario Rodriguez Cobo
El concepto de fracaso tiene que ver con eso.
Únicamente cuando alguien descubre que sus objetivos, sus expectativas, sus anhelos:
  • no se cumplen,
  • cuándo ve que ya no se van a concretar,
  • cuando efectivamente siente el vacío interno...
  • el no cumplimiento de sus expectativas, de sus deseosrecién se puede hablar con él en otros términos.
No estoy hablando del resentimiento.
Aquel que se resiente, o aquel que está en estado de venganza con algo, sigueaferrado a algo.
Observen qué les pasa cuando odian a alguien.

Cuando odian a alguien ustedes están dependiendo del objeto odiado, estánilusionados con ese objeto.
Mientras no dejen de lado el objeto que odian, ustedes no son libres de él.
Paradójica situación: más odian y más dependen de lo odiado.

Alguien enseñó hace mucho tiempo tal vez por razones técnicas más que morales queel odio era una burrada... (RISAS).
Más vale perdonar que seguir ligado a la venganza, ¿no es cierto?

En este sentido y ahora ya viéndolo no importa si positiva o negativamente,
En la medida en que alguien no experimente en sí la sensación de fracaso,
es decir: provoque en si el desvío del ensueño, es imposible para él, evolución dentro de estos planteos que nosotros hacemos.
"Bienaventurados los pobres de espíritu", ¿no es cierto?
Bienaventurados aquellos que llevan el fracaso en su corazón:
  • sin resentimiento y
  • sin venganza,.....

Porque ellos pueden evolucionar.!!!!
 

Un neurocientífico con déficit de atención



ENTREVISTA a Luis Rojas Marcos
Memorias de un cerebro hiperactivo

Vista con perspectiva, la trayectoria del doctor Luis Rojas Marcos no puede ser más asombrosa. Sevillano nacido en 1943, su carácter distraído y nervioso no le ayudó nada en el colegio. De hecho, con catorce años tuvo que abandonar los jesuitas de Portaceli para ingresar en un colegio laico donde los expedientes de los alumnos eran menos brillantes. Por aquel entonces, el Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) era un misterio –ni siquiera estaba diagnosticado– con lo que Luis parecía, sencillamente, un niño ‘malo’ capaz de agotar a cualquiera.
 
Su talento natural para la música, que supo ver su madre, le llevó a aprender a tocar el piano, la guitarra y la batería. Y, como poco, le sirvió para fundar con un grupo de amigos el Cuarteto Yungay, un conjunto musical andaluz en el que tocaba la batería.
 
Desde muy joven quiso estudiar Medicina, pero lo de especializarse en Psiquiatría llegaría más tarde, en parte para conocerse mejor y entender muchas de las cosas que le pasaban. Y lo logró culminando su carrera en Nueva York, ciudad en la que se quedó a vivir y donde ha llegado a ocupar puestos tan importantes como el de presidente ejecutivo del Sistema de Sanidad y Hospitales Públicos de Nueva York –de ahí que viviera muy de cerca los efectos en víctimas y familiares de los ataques del 11-S–.
 
En la actualidad, mientras continúa escribiendo libros como ‘Eres tu memoria. Conócete a ti mismo’ y prosigue con su actividad docente e investigadora, es también miembro de la Academia de Medicina de Nueva York, de la Asociación Americana de Psiquiatría (miembro distinguido vitalicio) y de la Academia Americana de Medicina Paliativa.
 
–Antes lo niños no tenían TDAH, simplemente eran nerviosos, ya que hasta el año 94 no se diagnosticó este trastorno. ¿Cuándo tomó usted conciencia de que lo que le sucedía era un Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad?
 
–Recuerdo que en los años 70, cuando estudiaba Psiquiatría en Nueva York, me daba clases Stella Chess, una especialista muy famosa y reconocida en Psiquiatría Infantil. Durante una de sus lecciones, explicó un trastorno relativo a la hiperactividad que iba unido a problemas de niños que habían sufrido traumas cerebrales o encefalitis. Fuera de eso, que no era mi caso, la conducta que iba describiendo me sonaba. Niños con mucha energía y dificultad para controlarla, pero que eran inteligentes. Fue entonces cuando empecé a pensar si todos mis problemas de la infancia se debían a un trastorno y no solo a una conducta. En resumen, que me di cuenta cuando ya era mayor y no tenía remedio [risas].
 
–Digamos que tuvo una infancia movidita, ¿no es así?
 
–Sí. Yo era un niño muy travieso. Con 6 y 7 años solía correr por los tejados de las casas en Sevilla. Los vecinos llamaban a mi madre y le decían: «¡Mira quién está por ahí!» Y mi madre se horrorizaba. Era un niño diferente y esa diferencia estaba en la cantidad de energía que tenía y en la incapacidad para controlarla y, claro, a esa edad lo llevas de un modo que tu entorno no acepta. Además a eso hay que sumarle la impetuosidad, lo que provocaba que interrumpiera constantemente a los demás, y que era inagotable. Yo antes de que el profesor hiciera una pregunta ya tenía la mano levantada. Y también estaba esa distracción continua que no te dejaba concentrarte y te hacía moverte de un lado a otro, hablar... Pero antes de conocerse el trastorno eso era ser un niño malo. Menos mal que a mí me salvaba un poco que era muy simpático.
 
–Tendría contentos a los jesuitas donde estudiaba...
 
–Con 11 años empecé a suspender cada vez más asignaturas. Estuve siete años en los jesuitas y ya tenía mi fama, así que muchas veces acababa sentado en la banca negra del fondo de la clase. Y la verdad es que no me sentía ni mal ni discriminado, aunque ahora lo veo de otro modo. Pero por aquel entonces los curas hacían lo que podían con toda su buena voluntad. Y no les culpo porque antes no se sabía nada. Eso sí, al final, con mucho cuidado, les dijeron a mis padres que era mejor que me llevaron a otro colegio. Acabé en uno de ‘cateados’.
 
–Con su trayectoria y su currículo cuesta mucho imaginarle en ese colegio del que habla.
 
–Pues tuve mucha suerte, la verdad, porque la directora no sé qué vio en mí, pero pensó que algo podría rescatarse y me dijo: «A partir de ahora, tú te sientas en esta primera fila». Claro, yo acababa de salir de un colegio y estaba dispuesto a hacer lo que fuera para encauzarme. Además, me dejaban salir de clase cuando lo necesitaba... Todo aquello me ayudó mucho.
 
–¿En qué sentido?
–Con el cambio pude crearme mi propia identidad y comencé a funcionar mejor. Allí nadie sabía nada de mi historia, era nuevo y no tenía lastre. Ahora se llama reinventarse, y eso fue lo que hice aunque sin darme cuenta. Me sentía bien al aprobar los exámenes, al ver a mis padres contentos... Por eso un aspecto que recomiendo a los padres es que si sus hijos tienen ya la imagen de niño imposible en un colegio que le cambien a otro. Sé, porque me lo dicen, que es complicado, pero puede ser muy bueno.
 
–Con nueve años estuvo encerrado en un calabozo, ¿cómo vivió aquella experiencia?
 
–Muy mal. Todo comenzó porque un amigo que tenía en el pueblo de mi madre (Liendo, en Cantabria) me animó a prender fuego en el monte. La suerte es que se apagó sin mayores consecuencias, pero la Guardia Civil me encerró en lo que llaman ‘La Perrera’ y pasé allí la noche. Fue entonces cuando comencé a reflexionar sobre lo que me pasaba, porque sabía que no encajaba y que algo me sucedía, pero tampoco podía controlarme. No quería hacer daño a nadie y me preguntaba qué me ocurría, pero nadie era capaz de darme una explicación. A falta de ese diagnóstico del TDAH, piensas que eres simplemente malo dada la cultura de aquel momento.
 
–¿Es angustioso verse sin redención posible?
 
–Sí. Por eso en Semana Santa yo llegué a salir de Nazareno hasta con tres cofradías diferentes para ver si esto tenía arreglo y si Dios... Mi hermana melliza, que murió, me protegía y me decía: «No te preocupes, Luis, que esto te va a ayudar». Pero había que verme caminando más rápido que el resto de los cofrades, saliéndome de la fila....
 
–Habla de su hermana pero, ¿y sus padres? ¿Cómo vivieron todo aquello?
 
–Pues como un problema que tenían tanto ellos como yo porque entonces el éxito del hijo reflejaba el de los padres. Mi madre, de quién probablemente heredé el TDAH, lo llevaba mucho mejor que mi padre. A veces se reía de mis travesuras, lo cual era útil porque el gran peligro de este problema cuando no es entendido por la familia y la comunidad es que destruye la autoestima. Ten en cuenta que uno se pregunta si es que no sirve para nada, si no funciona, y además se ve metido en situaciones que con mala suerte te pueden llevar a la cárcel. Imagina si llega a haber víctimas en el incendio que te he comentado...
 
–¿Hay muchos casos de TDAH que hayan acabado por esa mala suerte en el mundo de la delincuencia?
 
–Pues si vas a la cárcel, al menos en EE UU, y entrevistas a delincuentes de entre 30 y 40 años verás que el 60% son hiperactivos que cometieron ese fallo primero y ya no pudieron salir de ese mundo. Por eso por un lado tenemos el camino de la delincuencia y, por otro, el de la depresión si no tienes suerte o no sigues un tratamiento.
 
–¿Es que es muy habitual padecer depresión dentro de los afectados por TDAH?
 
Depresión, autocastigo... Hoy sabemos que el suicidio es más alto en personas con ese trastorno y que no se lo tratan. De hecho la tasa se incrementa un 15 por ciento.
 
–Viéndolo así usted es de los que tuvo mucha suerte.
 
–Sí, y también mucha ayuda. Mi madre estaba convencida de que la música amansaba a las fieras y un día me dijo: «Lo tuyo es la música, así que vas a aprender a tocar algún instrumento». Con 9 años tocaba el piano. Y eso le sirvió a mi hermano Alejandro para jugarse 50 pesetas conmigo a que no me atrevía a pasarme toda una noche practicando. Yo ya tenía 14 años, pero lo hice, eso sí con el pedal que amortigua el sonido apretado para no molestar a los vecinos. Es lo que comentaba. Tienes mucha energía y la puedes emplear en ganarte esas 50 pesetas o en hacer algo que vaya contra las reglas.
 
–Y llegó a la Universidad y todo cambió, imagino, porque con la carrera no tuvo problemas. ¿Descubrió una fórmula de estudio válida para usted?
 
–Así es. Aprendí a dividirme: 

  • los temas en secciones,
  • a hacerme resúmenes y
  • esquemas y a organizarme,
  • pero sobre todo me ayudó mucho aceptar que lo que otros compañeros podían aprender en media hora mí me llevaría una. Pero para mí eso no es un problema porque tengo todo el tiempo del mundo, ya que al sobrarme tanta energía me puedo pasar sentado en el despacho escribiendo ocho o nueve horas.
  • Aprendí a compensar: «Si voy a tardar más necesitaré dedicarle más tiempo a las tareas», pensé. Era el precio que tenía que pagar.
     
     
    –Eso a pesar de sus ‘peleas’ con el inglés...
     
    –Es verdad, porque yo hablaba inglés muy mal. Había estudiado en Inglaterra, pero mi nivel me servía solo para defenderme. De ahí a tener que manejarlo para ser médico... [Risas] Recuerdo que salí de Madrid en el año 68 y que vino toda mi familia a despedirme a Barajas. Entonces, en una tienda del aeropuerto, encontré un libro que anunciaba: «Aprenda a hablar inglés en un mes». Lo compré y pensé que era mi salvación, pero la realidad fue que tardé dos años en hacerme entender bien. –Ahora es usted padre de un hijo afectado por el TDAH. Imagino que para él eso ha sido muy positivo.
     
    –Mucho. Es muy bueno conocer a gente con tu mismo problema porque ayuda muchísimo. Eso y saber que no eres el único en el mundo.
     El sentimiento de universalidad es muy terapéutico, por eso funcionan tan bien las asociaciones en las que gente con un mismo problema se reúnen y hablan de sus experiencias.
 
–Por curiosidad, ¿cuándo perdió el pudor de reconocer que padecía TDAH en público y por qué?
 
–Pues eso es muy reciente. Diría que la primera vez que hable de este tema fue hace 6 años. He de señalar que tampoco me lo preguntaban porque a nadie se le ocurría si había tenido algún problema. Es curioso, pero la gente cuando funcionas piensa que no los tienes. «A este le va muy bien y no ha pasado por eso», piensan. Tampoco me sentía cómodo hablando de mi vida. Pero, como te decía, ha sido recientemente cuando he empezado a ver que quizás reconocer los propios fallos o limitaciones pueda tener un elemento de ayuda sobre todo para otros que piensan que esto no tiene solución.

sábado, 22 de septiembre de 2012

Personas tóxicas




Claves para evitarlos
 -Las personas "tóxicas" influyen en la salud tanto física como psíquica del otro. 
   Por eso es clave identificar los síntomas que una compañía nociva produce.


 -A esas personas se las controla :
  • quitándoles su poder, 
  • escapando de ellas o
  • no permitiéndoles acceso a nuestra intimidad.
     
 -Si se debe convivir con ellas, en la familia o en el trabajo, 
   hay que abstraerse mentalmente de su presencia y acciones.
 
 - Cuando surge un comentario o comportamiento "tóxico",    simular que uno le presta atención cuando, en realidad, se esfuerza por desoírlo.
 
 - Al "tóxico" se lo neutraliza con amabilidad. 
    Su afán por lastimar con comentarios o actos desagradables....... 

     resulta estéril si él percibe que carece de efecto.
 
 - Focalizarse en las cosas positivas que uno tiene en la vida 
    cuando se está cerca de una persona "tóxica".     Es un ardid efectivo para superar los malos momentos.
 
 - Si no es posible evitarlos, adquiera un identificador de llamadas y 
    reduzca al mínimo el contacto personal con ellos.
 
 - La actitud positiva es siempre una elección. 

   Prepárese mentalmente para estar bien y contrarrestar así las actitudes "tóxicas". 
 - Si una persona "tóxica" forma parte de su equipo de trabajo, 
   establezca de antemano y claramente las reglas de convivencia. 
   Si se trata de su jefe, hágale saber que usted y su equipo pierden eficiencia frente a   
   comportamientos negativos. 
   Y póngale ejemplos.
 
 - Si el "tóxico" no es alertado sobre su toxicidad, la extenderá en el ambiente. 
    No deje pasar por alto esas actitudes y convérselo inmediatamente con él.
 
 - Ejercite su propia autocrítica ,autoaceptación autoobservación,

   revise con asiduidad qué tipo de actitudes ycomportamientos tiene usted para con los demás. 
   Usted también puede ser "tóxico" para otros. 
   

La regla es simple: 
    "No les haga a los demás lo que no desea que le hagan a usted."
    "Que los demás lo traten como usted los trata continuamente
"

jueves, 30 de agosto de 2012

¿Qué es tocar fondo?

¿Por qué algunos dicen que para que un enfermo emocional : alcohólico-apostador-marihuanero-mujeriego-bulimico-neurotico .....cambie debe tocar fondo?
¿Qué es tocar fondo?
¿Es algo relativo o implica lo mismo para todos?
¿También se requeriría lo mismo en el caso de otros trastornos
?
 

Información adicional

En realidad a lo que refería cuando escribí para que cambie, era más a que se responsabilizara de su problema y tome medidas al respecto que le puedan realmente ayudar.
Una forma puede ser empezar a ir a AA.-AL_NON-JA-CODA-NA  
No me refería a que tocan fondo y ya con eso se alivian ....sino a tocar fondo para empezar realmente a hacer algo para mejorar.
Tengo entendido que algo que complica mucho el problema es que suelen vivir en la evasión de sus problemas.
También he oido que es algo típico de las enfermedades mentales,enredos emocionales,disturbios mentales ,conflictos emocionales, que el que la padece tenga una fuerte tendencia a la negación.
Ya que alguien mencionó el caso de un bipolar, pues cuento que conozco el caso de un bipolar que se niega a tomarse su medicamento. Sé que éso pasa con todas las enfermedades pero repito que he escuchado que con las enfermas mentales es se suele complicar aún más esta situación.
Y en el caso preciso de los adictos lujuria,sexo,alcohol,cocaina,marihuana,,comida- 
vomitos,robos,rabietas,trabajo,ingenuidad,apostador
,he escuchado de algún profesional de la salud decir que tienen un rasgo especialmente perturbador .......la terquedad=adiccion a la adrenalina =  fuerza bruta de corto plazo.

Mejor respuesta - Elegida por el usuario que pregunta

Hola amigo. 

Porque, la adiccion , como TODO enfermedad, sólo se acaba cuando 'tocás fondo' es decir, cuando llegás al límite de lo que se puede soportar. 

Sí, es algo relativo a cada uno; tal vez, para un jugador, por ejemplo, 'tocar fondo'significa haber ido al casino y haber perdido....tres mil dólares en dos meses y, para otro,'tocar fondoes haber ido al casino y haber empeñado y perdido la casa y, con ella, toda la familia.

Sí, es algo relativo a cada uno; tal vez , para una codependiente por ejemplo, 'tocar fondo' significa haber estado con un alcoholico un tiempo corto y concluir la relación toxica y , para otra, 'tocar fondo' es haberse relacionado primero con un alcoholico,despues con un mujeriego,despues con un adicto al trabajo,despues con un neurotico, despues con apostador , despues con un neurotico maltratador, etcetc tocar fondo es darme cuenta que para sentirse bien "necesita"  de "alguien a quien ayudar
En cuanto a requerir, creo que cada trastorno y, sobre todo, cada persona, tiene, como su propio límite, sus propios requerimientos y sus propios tratamientos. 

Saludos, 
.

Otras respuestas  

Es como dice Patri, las adicciones los dejás cuando tocás fondo, cuando hay un desequilibrio entre placer/dolor, mientras el placer sea mayor que el dolor seguirás .......tomando, jugando, fumando,apostando,quejando,reclamando,gritando , mirando pornos,masturbando etc...
solamente cuando el dolor supere al placer de la enfermedad mental -emocional es cuando tocás fondo y podés llegar a cambiar, ...aunque no todos cambian,....
hay gente que se suicida por el abandono de un pareja ,juego o fuma y toma hasta morirse...

Yo fui un fumador compulsivo, por suerte hace 20 años que lo dejé, pero llegué  a tocar fondo recien cuando llegué : ........"al extremo que ya casi no podía respirar",........
entonces hice un click y cambié

gracias por leer.

martes, 31 de enero de 2012

Cuando la lujuria mata


Facilitado por: Eduardo Waslli


Cuando la Lujuria me controla a mì.

Es un tirano que quiere controlar el sexo en su propio provecho, a su manera y en el momento que le apetece. 

No saber decir que no.

Encontrarse constantemente en situaciones peligrosas.

Volver la cabeza sedienta de sexo a cada paso.

Sentirse atraído exclusivamente por la belleza o la parte exterior.

Vivir tan solo de fantasías eróticas

El uso de objetos eróticos reemplazando al ser humano.

La adicción al sexo como si de una droga se tratara.

Perder la identidad por fundirse con otra persona que posiblemente ni siquiera la conozca o la vuelva a ver..

La obsesión con lo romántico - la búsqueda del "efecto mágico". Vivir de relaciones románticas fantasiosas.

El deseo de excitar a la otra persona, sea quien fuere...

La lujuria destruye la capacidad de amar.

La lujuria mata al amor.

La lujuria elimina la capacidad de recibir amor.

La lujuria me mata a mí.

Con la lujuria incluso puedo matar a otros. "La lujuria es la cosa más importante de mi vida, es más importante que yo..."

Al ser esclavo de la lujuria, me es imposible ser yo mismo.

La lujuria me esclaviza, mata la libertad.

La lujuria siempre quiere más, la lujuria produce más lujuria.

La lujuria es celosa, quiere poseerme.

La lujuria hace que me obsesione conmigo mismo, hace que me encierre dentro de mí.

La lujuria hace que el sexo sea imposible sin ella

La lujuria genera sentimientos de culpa y la culpa hay que expiarla.

La lujuria hace que parte de mí desee la muerte, porque no puedo soportar lo que me hago a mí mismo y carezco de fuerzas para evitarlo.

La lujuria me destruye a mí y a los que me rodean. La lujuria mata al espíritu; mi espíritu soy yo, ¡la lujuria me mata

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Existe todavía una gran controversia sobre qué es lo que constituye la naturaleza de la adicción al sexo.

Muchos profesionales sostienen que no existe y otros temen que el calificativo de adicción pueda infundir o perjudicar a sus clientes.

Parece ser que las investigaciones recientes indican que el concepto de adicción está evolucionando.

Hablamos de lo que nos enseña nuestra experiencia en la recuperación.

En muchos aspectos nos identificamos enormemente con los alcohólicos y drogadictos.

Esto significa que en nuestras actividades sexuales o cuando estamos bajo la influencia de la lujuria experimentamos un cambio de personalidad que nos lleva a seguir practicando conductas dañinas o peligrosas a pesar de las consecuencias negativas que nos acarrean.

Es por eso por lo que nos llamamos “borrachos del sexo” o “sexólicos”.

Al igual que los alcohólicos, que son impotentes ante el alcohol, nosotros no podemos parar una vez que entramos en contacto con la lujuria.

La lujuria, para nosotros, puede incluir cualquier tipo de conducta sexual.

La lujuria también puede consistir en un estado mental en el que la fantasía desplaza nuestro sentido de la realidad y en el cual un intenso deseo nos obliga a modelar el mundo de acuerdo con nuestros propios deseos internos.

Algunas de las características más comunes de los sexólicos, tanto hombres como mujeres, son:

el aislamiento,

la depresión,

la culpa y

un sentimiento profundo de vacío.


Entre nuestras conductas más comunes figuran:

las fantasías sobre el sexo y otros deseos egocéntricos,

las relaciones de codependencia perjudiciales,

la masturbación compulsiva,

el uso de pornografía (Internet incluida),

las relaciones sexuales promiscuas,

el adulterio,

las conductas exhibicionistas,

los abusos sexuales sin tener en cuenta las consecuencias legales.

Nuestra experiencia nos dice que no podemos recuperarnos de verdad si no nos reunimos con otros sexólicos y si no aceptamos su ayuda.

Que debemos primero interrumpir nuestras prácticas sexuales adictivas en todas y cada una de sus formas y buscar una solución espiritual para nuestro problema.

Que debemos examinar con minuciosidad nuestro carácter e ir cambiando, de forma progresiva, esos patrones de conducta que nos obligan a recurrir a las fantasías y a las conductas sexuales perjudiciales antes que nada.

Nuestro objetivo es curarnos de toda una vida de pensamientos y conductas que no podemos calificar de sanos.

La VELOCIDAD y la IMPULSIVIDAD genera TORPEZA = DAÑO

#4 S emanas  con Hospedaje para iniciar el aprendizaje de Usar la CÁMARA LENTA para ser ágil , la velocidad genera torpeza en todos los á...